La importancia del aprendizaje de idiomas para la educación de todos los estudiantes en el mundo de hoy es innegable. Hace menos de una década, el 95 % de la humanidad vivía casi exclusivamente en entornos profesionales y sociales locales.
Hoy en día, no hay duda de que hay que alcanzar el mayor nivel posible de bilingüismo y que el inglés debe formar parte de la educación primaria y secundaria. Sin embargo, solo en los últimos años ha habido un creciente interés por el chino como elemento distintivo en la educación.
El modelo de educación bilingüe (inglés o francés) está bien implantado en nuestro país y cuenta con décadas de experiencia en educación. Sin embargo, la experiencia de los modelos lingüísticos que incorporan el chino es muy limitada.
Los primeros intentos de aprendizaje de la lengua china se llevaron a cabo en Estados Unidos, país en el que la comunidad china es histórica y cuantitativamente mayor que en Europa. Hace unos años se abrió en Londres la primera escuela bilingüe chino-inglés, la Kensintongwood School.
¿Incluir el chino o no?
Muchos padres se enfrentan a la pregunta de si tiene sentido incluir el chino en la educación ya bilingüe de sus hijos. La respuesta, que es el tema de este artículo, es que aprender chino desde una edad temprana no solo es relevante, sino también muy beneficioso desde el punto de vista cognitivo.
Las investigaciones cognitivas demuestran que, antes de la adolescencia, la mente está más abierta a las habilidades lingüísticas. Los niños que están expuestos a otra lengua a una edad temprana se benefician enormemente del reto de aprender su lengua materna.
Sin embargo, los beneficios cognitivos de aprender chino desde una edad temprana van mucho más allá del ámbito lingüístico e incluyen otras habilidades como la flexibilidad mental, el pensamiento interdisciplinario, la capacidad de análisis desde diferentes perspectivas e incluso un mejor y mayor dominio de la lengua materna.
Otras ventajas de aprender chino
Además de todas estas ventajas, abrirse a un mundo cultural diferente es sumamente beneficioso para el aparato cognitivo. Aprender una lengua extranjera es mucho más gratificante que aprender vocabulario, gramática y tiempos verbales. Permite al estudiante sumergirse en el arte, la cultura, la música, la historia y la poesía de otra nación (en el caso de China, otra gran civilización).
Todas estas ventajas se magnifican exponencialmente cuando la lengua de enseñanza (en el caso de los estudiantes occidentales) es el chino mandarín. Los beneficios cognitivos de su aprendizaje están directamente relacionados con la distancia cultural entre los idiomas chino y occidental.
De hecho, si aprender inglés como segunda lengua es sumamente beneficioso, imagínese los beneficios cognitivos de aprender un idioma como el chino mandarín, que su cultural y lingüísticamente tiene poco o nada que ver con el español.
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